Puriscal, un Ecosistema que se Extinguió

Autor: Alexander Bonilla Durán. Costa Rica. Imágenes tomadas de Internet.

En los años 70s, la plaza y la acera a su alrededor de Santiago de Puriscal, del Centro, si, efectivamente era un ecosistema que desapareció, y que hoy solo queda en la memoria histórica de muchos de los especímenes humanos que lo vivieron y disfrutaron. Me considero privilegiado de haber sido parte de este paraíso perdido. Así recuerdo este ecosistema social.

Una plaza casi toda de tierra, con pequeños parches de zacate. Una acera que la rodeaba, donde la gente daba vueltas después de misa de 4 o a la salida del cine. Casas y negocios tradicionales de pueblo, en los alrededores. La plaza estaba enmarcada de norte a sur. el este se tenía en imponente templo católico. al oeste los pules, la soda de Miguel Taco, el cine viejo, los principales negocios. Al sur, estaba la botica de don Hernán, un lote vacío, la venta de repuestos de Ica Castro, la dentistería de Álvaro Castro, la casa de los Lobo, y en la esquina la soda restaurante de Delio Quezada.

Al norte teníamos el club, salón de bailes y fiestas, la dentistería de Teófilo Santillana, el bar de Nato Montero, la casa de los Boza, de los Gutiérrez, el salón y casa de Daysi, la farmacia del pueblo de Dobles. La acera estaba más o menos en buen estado y le daba la vuelta a la plaza. Por ahí estarán las huellas de muchos abuelos puriscaleños de hoy, que daban vueltas y vueltas hacia un lado y otro, con la novia o la familia. Había unos poyos de cemento, donde a veces se sentaba uno con los amigos a ver pasar a los caminantes, en especial a las muchachas. uno que otro piropo se le lanzaba, o metía uno al desfile, y dele a la caminada. hasta que como a las 7-8 de la noche migraba uno para el Camaquire o la Cabaña. Tiempos de bailes y apretes.

En el paredón oeste de la plaza había “graderías naturales” donde la gente se sentaba a ver los partidos del Puriscal F.C. o las mejengas de las tardes entre semana, principalmente en la época de vacaciones. También, además de los poyos, había unas palmeras que daban sombra. Recuerdo dos, de la soda de Chepito, la glorieta, hacia abajo. Y por supuesto no podía faltar la glorieta, soda de Chepito Ramírez, arriba, y la de su hermano en la otra esquina de abajo. Una crema, una torta, un granizado, una crema…ahhhh…

Y de la plaza, ¿qué les cuento? La conocía como la palma de mis manos. ahí nos hicimos hombres futbolísticamente hablando. Era como nuestra casa casi todas las tardes de verano desde las dos o tres de la tarde hasta que oscurecía…y decíamos: el que meta un gol gana. La mitad oeste tenía un poco de zacate. La parte más bonita y con zacate bonito estaba cerca de la glorieta de abajo, hasta llegar al marco sur. Pero la atravesaba el trillo, el camino que cruzaba en forma diagonal la plaza…la gente por no dar la vuelta por la acera, pasaba por media plaza…y así se hizo un sendero trillo. Hacia lado del cine había zacate, pero había un hueco y se hacía un charco cuando llovía.

Hacer un “corner” era difícil en el lado de la glorieta de Chepito, y en el lado frente a la farmacia Dobles casi no había espacio para impulsarse, y ahí, en ese sector estaba muy pegado al guindo que daba a la acera…era más o menos alto. Cuando había partido, nos mudábamos en el club y los entrenadores y suplentes se paraban en el lado oeste más o menos frente al cine. Casi toda la plaza era un tierrero. en verano un polvazal y en invierno un barrial. En verano recuerdo los remolinos de polvo que se hacían desde el centro de la plaza…

En la esquina de la glorieta de Chepito había como un cascajo, que cuando se mojaba era una jabonera. El resto era de tierra, una que otra macolla de zacate dispersa y piedras. Por eso en una barrida o se caía uno se pelaba las rodillas o las nalgas. Y entonces al supurar, se le pegaba uno el pantalón o la cobija. Yo me ponía talco para que se me hiciera una costra rápido. Por un tiempo jugué en el Álvaro Durán, el mejor equipo de la zona. Varios campeonatos regionales; muchos de ahí pasamos a la primera del Puriscal.

Ahí, un domingo debute con el Puriscal F.C. de la primera. Fue un partido contra la liga en unas fiestas. me pusieron a marcar a Roy Sáenz, nada menos. Creo que el entrenador era Monchito, de grato recuerdo. Luego pasé a jugar por varios años en el Puriscal F.C., inauguramos el estadio, pero mientras, íbamos a entrenar en las noches hasta la plaza de Villa Colón, que tenía iluminación nocturna. Entrenábamos martes y viernes.

Las mejengas de la plaza eran memorables. Tiempos de diversión sana. Teníamos una gran condición física. Se jugaba hasta el anochecer y eran mejengas de 8 contra 8, 10 contra 10 o 15-20 contra 20. a nadie se le negaba el derecho a jugar. El que iba llegando se acomodaba. Por supuesto a la hora de empezar la mejenga, hacíamos una rifa y cada uno iba escogiendo los equipos. A veces apostábamos. No pocas veces se armaron pleitos y accidentes, como cuando Mario Jiménez quebró a Celín “Puro” Jiménez. Alguien que nunca jugaba, quebró a una persona experta y que era muy duro en el juego y hasta mal intencionado…ayyy mi amigo “Puro”.

Trataré de recordar a todos los que jugábamos en la mejenga, si se me fue alguno, pues agréguenlo. Entre los mejengueros: los porteros Cherique, la Araña Negra, Coneja, Coco Núñez, Chucuyo, y otros. El resto eran de campo, entre ellos yo (el burro adelante), Neno Cararuco, Beto López, Cutín Gutiérrez, Bonilla, Atilio, Paulino Chacón, Jim Brown, Gatica, Moman, Guido Madrigal, Guido Núñez, Pato, Napo, Celín, Cuquilla Herrera, Chongo, Pichel, Pedro Acuña, Favio Arroyo, Danilo Boza, Yoni Boza, Manolo Jiménez, Juani Mesen (Juan León), Gerardo Trejos, Memo Calayo, Cayaca, y muchos otros que hoy no recuerdo…Usted a aquel lado, Ustedes a este lado… y bola arriba… empezó la mejenga. Luego dijeron que iban a construir un parque…y ese ecosistema de la plaza y alrededores desapareció. Entró a engrosar las especies en extinción… no volverá…

Publicado por alicastaneda

Soy escritor de poesía, cuentos, narraciones, y novela.

Un comentario en “Puriscal, un Ecosistema que se Extinguió

  1. Buenas tardes. Hubo un lapsus de mi parte, quise poner una equivalencia en un par de palabras que usa don Alexander en este artículo.

    Uno es «Mejenga» que en salvadoreño es el equivalente a «Mascón», o encuentro callejero de fútbol.

    El otro es «Aprete» que en buen salvadoreño se dice «Amontonada», abrazos, besitos todo incluido cuando se podía. Generalmente en una fiesta cuando se bailaba con la persona que nos simpatizaba o a la carrera, a escondidas de los demás.

    Si alguien tiene otra interpretación será bienvenida.

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