Mujer mirándose al espejo (iStock)

Mujer mirándose al espejo (iStock)

Vivir

Puedes estar desarrollando una relación tóxica con tu cuerpo: atención a las cuatro alertas

Es importante prestar atención a estos cambios y ponerles solución cuanto antes. 

24 septiembre, 2023 13:13

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), como la anorexia o la bulimia, se han disparado un 30 por ciento en los dos últimos años. En España, existen 400.000 casos de personas con esta patología y se espera que se incremente un 15% en los próximos 12 años, según los datos de la Fundación Fita.

[Cómo puedes intentar prevenir desde casa que tu hija sufra un trastorno de conducta alimentaria]

Las redes sociales han jugado un papel bastante negativo en el crecimiento de estas cifras. Nos pasamos horas viendo fotografías de cuerpos “perfectos” que, en muchas ocasiones, están editadas, y esto provoca que queramos alcanzar un ideal de belleza imposible. 

Los TCA aparecen poco a poco, y muchas veces sin que se note, se desarrolla una relación tóxica con el cuerpo, una incomodidad con la propia imagen que puede traer problemas más severos, que ponen en riesgo la salud. 

Existen señales de alerta que puedes notar en tu día a día y que te advierten que puedes estar desarrollando una relación tóxica con tu cuerpo, según lo indica Maïté Issa, coach de desarrollo personal.

Según la especialista, hay cuatro indicadores fáciles de detectar:

Hábitos sanos que se vuelven obsesión

Sientes el deseo genuino de querer ser más sana, y, por lo tanto, cuidas los alimentos que eliges comer. Empiezas a hacer más deporte, y poco a poco empiezas a ver resultados, no solo en cómo te sientes, sino también en tu apariencia física.

De repente, sin darte cuenta, al ver esos cambios en la apariencia física, le das cada vez más importancia y entras en un bucle en el que la sensación ya no es lo más importante, si no es cómo te ves. Cuando desarrollas una relación tóxica con tu cuerpo te vas deslizando en una cuesta que te lleva a controlar cada vez más las comidas que haces, añades y complementas la cuenta de calorías y tal vez empiezas a pesarte con más frecuencia. 

Quizás al principio te pesabas una vez al mes, y poco a poco comienzas a pesarte cada semana. Y en vez de seguir con el nivel de calorías para mantener el mismo peso, empiezas a comer cada vez menos.

Los argumentos de salud, por los que empezaste nuevos hábitos, se convierten en argumentos de tortura y de control. Comenzarás a notar que esto se vuelve un patrón de relación poco sana con tu cuerpo cuando, en vez de generarte placer por cómo te sientes, te produce insatisfacción porque nunca te sientes satisfecha por cómo te ves. 

Juicio muy cambiante y repentino sobre tu cuerpo

El juicio cambiante ocurre cuando te ves mucho más gorda en la noche que en la mañana, o te miras al espejo antes de ir a cenar, y te gustas, pero al mirarte en el espejo del bajo o del restaurante te ves horrible.

El vestido que te quedaba bien hace una hora, ahora te queda estrecho, piensas que estás fea, que tus brazos se están saliendo demasiado, o qué cómo has podido pensar que el vestido te quedaba bien.

A esto se le llama trastorno dimórfico corporal. Esto es una señal de relación tóxica porque tu cerebro no refleja la verdad de lo que es tu cuerpo, es decir, que entre tú y la realidad hay una interpretación, y esa interpretación cambia en función de tus emociones.

Un ejemplo para explicarlo mejor: quizás tu casa estás fresca, te has maquillado bien, te sientes bien, pero luego en el restaurante hace un poco de calor, tal vez en esa cena hay gente que no conoces, al parecer ellos se conocen, hay una persona que es muy guapa, se despiertan tus sensibilidades, etc. En el momento de ir a verte al baño, ya te estás juzgando de manera completamente diferente.

Asocias la comida a un castigo o una recompensa

Esta señal aparece cuando sientes que has engordado dependiendo de lo que has comido. Pero sentirse gorda no es una emoción de verdad. En realidad, ni tu volumen ni tu peso aumentan en el preciso instante en el que comes, lo que sientes es una narrativa creada por tu mente al percibir la comida como un castigo.

Si te sientes gorda después de haber comido algo, entonces es que tienes un juicio sobre tu cuerpo por lo que has hecho.

Por ejemplo, has comido un postre y entonces te sientes gorda, te ves gorda. Si has comido bien, entonces te sientes delgada.

En estos casos, la comida tiene un peso de castigo o recompensa, y esto es típico de una relación tóxica porque no estás escuchando las necesidades de tu cuerpo. Al contrario, tu mente está desconectada de tu cuerpo y envía mensajes contradictorios.

Está relacionado con un ciclo vicioso de culpa, castigo, privación y recompensa. No estás, entonces, respetando esas necesidades del cuerpo. Y cuando usas la comida como un castigo o como una recompensa, es ahí cuando empieza el binge-eating, o trastorno por atracón, que es ir de un extremo a otro y comer demasiado de lo que en verdad no es bueno para ti, con un periodo de culpa y restricción posterior.

Asocias cualidades de éxito con estar en forma

Si revisas tus juicios que tienes acerca de otras personas (y de ti mismo) puede que descubras que asocias las cualidades del éxito con estar delgada. Esto ocurre debido a la percepción que tenemos del cuerpo en la sociedad. Aunque está cambiando, aún sigue siendo complicado ver, en películas o series, mujeres exitosas con un cuerpo fuera de lo establecido como normativo. 

Una relación tóxica con el cuerpo también es concebir el cuerpo como una prueba, un testigo que mide el éxito que tenemos en la vida. Esta actitud lleva a conductas no sanas, porque quieres obligar a tu cuerpo a entrar en un determinado patrón para, supuestamente, alcanzar el éxito que quieres. Pero también funciona al revés: saboteas el éxito que quieres porque aún no tienes el cuerpo que es necesario para alcanzarlo.